- Bodegas Emilio Moro y Viva Suecia se unen para fusionar vino y música y acercar la cultura a los amantes de la bodega y a los seguidores de Viva Suecia
- El grupo murciano Viva Suecia ha visitado la bodega aprovechando que su gira los llevaba al Conexión Valladolid Festival
Dicen que la vida sin música no es vida. La música siempre ha formado parte de nuestra historia, de nuestra cultura. Tiene el poder de cambiarnos el humor, de acompañarnos cuando no es nuestro día, de llenar los espacios vacíos, de transportarnos a través de nuestros recuerdos y, sobre todo, de hacernos sentir, de emocionarnos.
Y a esa sensación se aferra Bodegas Emilio Moro, bodega familiar con más de 100 años de historia, uniéndose al grupo de indie rock y pop, Viva Suecia, en una colaboración en la que música y vino son los compañeros perfectos para desatar esas emociones y para cumplir uno de los retos de la bodega, apoyar la cultura.
Bodegas Emilio Moro y Viva Suecia se unen para fusionar vino y música y acercar la calidad y la tradición de la bodega a los seguidores de Viva Suecia y dejar claro que la cultura forma parte de nuestro ADN. Esta unión nace de la pasión, del amor por la música y de la necesidad de encontrar esos estímulos que nos llevan a sentir, a emocionarnos.
Con esta colaboración, Bodegas Emilio Moro busca expandir su presencia en el territorio de la música, llegando a los fans de Viva Suecia y creando una conexión más profunda con estos consumidores. «Estamos emocionados de trabajar con Viva Suecia. Su música y nuestra pasión por el vino se complementan perfectamente, permitiéndonos llegar a una audiencia nueva y diversa», ha comentado Javier Moro, presidente de Bodegas Emilio Moro.
Viva Suecia, que ha podido visitar la bodega aprovechando que su gira les ha llevado hasta Valladolid para participar en el Conexión Valladolid Festival, también ha expresado su entusiasmo por esta alianza: «Para nosotros, la música y el vino son formas de arte que unen a las personas y crean recuerdos inolvidables. Nos encanta terminar nuestros conciertos brindando con una botella de vino, y ahora, hacerlo con una botella de Emilio Moro hace que ese momento sea aún más especial«.
Los amantes del vino y de la música podrán disfrutar de esta unión y descubrir que, en la búsqueda de sensaciones, Bodegas Emilio Moro y Viva Suecia son los compañeros perfectos porque, si de algo saben, tanto la familia Moro, como los integrantes de Viva Suecia -Rafa, Jess, Alberto y Fernando- es de emociones.
La cultura es el alma de nuestra sociedad
Esta colaboración no es la única con la que Bodegas Emilio Moro se involucra en el mundo de la cultura, ámbito que lleva apoyando desde hace tiempo siendo uno de los pilares de la compañía. Este año, han patrocinado por segunda vez el Foro de la Cultura, que ha contado con el actor, humorista y dibujante, Joaquín Reyes. Una cita que se ha convertido en un punto de encuentro esencial de la región para reunir a personalidades de rincones de todo el mundo que comparten ideas, reflexionan y ofrecen charlas muy interesantes.
También estuvieron presentes como patrocinadores en CerARTmic Madrid, la primera feria de arte contemporáneo y cerámica de España con el fin de desarrollar, sostener y expandir la práctica de la cerámica. Y como antesala a la colaboración con Viva Suecia, Bodegas Emilio Moro ha formado parte del Wine Conexión Valladolid, una iniciativa de la Diputación de Valladolid, gracias a la que los viñedos de la bodega se convirtieron en un escenario único en el que Marilia, exintegrante de Ella Baila Sola, quien ofreció una velada única
“La cultura es el alma de nuestra sociedad”, apunta el miembro de la cuarta generación y director de Marketing de Bodegas Emilio Moro, Héctor Medina Moro, quien tiene claro que la bodega, reconocida en todo el mundo tiene el poder y la responsabilidad de apoyar el arte, la música, el cine porque la cultura es lo que les motiva. “Creemos firmemente en el poder de la cultura”, con cuatro generaciones de la familia dedicadas en cuerpo y alma a la elaboración de vino, afirman rotundamente que, sin cultura, no podrían haber llegado donde están. “La cultura nos inspira a crear vinos que narran historias y unen a la gente”, comenta y les ayuda a desmitificar la falsa creencia que reza que “para disfrutar del vino, hay que ser un experto”.