Bodegas Emilio Moro, una bodega familiar con más de 100 años de historia vitivinícola, cierra un 2024 inolvidable, marcado por hitos que han consolidado su legado y reafirmado su vocación de innovación. Un año en el que tradición y modernidad se han dado la mano para celebrar la pasión por el vino y la creación de experiencias memorables que continúan marcando el camino que la bodega está trazando.
Muchos pensarán que la principal actividad de una bodega es elaborar vino y, aunque puede ser y es cierto, Bodegas Emilio Moro hace más, mucho más. Ofrece a sus clientes algo especial, algo tan intangible como es la oportunidad de disfrutar del tiempo, de crear recuerdos y ocasiones para olvidarse de las rutinas y de las prisas, en definitiva, de crear momentos inolvidables.
El inicio del año fue majestuoso con la presentación de la nueva imagen y añada de Emilio Moro 2021 en Madrid. Un evento privado que sumergió a los invitados en la esencia de Emilio Moro, un hombre que dejó una huella imborrable. Una cata vertical del buque insignia permitió descubrir la grandeza de este vino y conocer a Emilio, la persona, a través de recuerdos y anécdotas contadas por su hijo, Javier Moro, presidente de la empresa y miembro de la tercera generación.
Otro momento estelar fue la inauguración de su bodega en El Bierzo, que supuso la culminación de un sueño que comenzó hace más de 10 años. La celebración reunió a más de 100 invitados formados por representación institucional, amigos, prensa y familia en el que celebraron pasado, presente y futuro. Toda una declaración de intenciones que, junto al reciente lanzamiento de Bestizo, su primer Mencía, reafirma su compromiso con esta tierra, llevando consigo la experiencia de Ribera del Duero, pero honrando la autenticidad de los viñedos bercianos.
Y el mejor ejemplo del amor por estas tierras es su campaña de verano, en la que Bodegas Emilio Moro presentó sus tres Godellos adueñándose de dos términos: Verano y recuerdos. Dos palabras que, unidas en la misma frase atesoran el secreto de la auténtica felicidad. Porque recordar los veranos de nuestra infancia y juventud hace que volver al lugar que un día nos hizo felices sea un placer necesario. Y eso es lo que busca la bodega.
El lanzamiento del rosado Elalba de Emilio Moro 2023, en colaboración con Philippa 1970, marcó un hito en elegancia y sofisticación. Con esta colaboración, formada por Elalba de Emilio Moro, una cubitera y un antigoteo; que contó con 300 unidades exclusivas, buscaron ofrecer una experiencia basada en los valores que ambas marcas comparten -elegancia, sofisticación, éxito y pasión-. La presentación tuvo lugar en el Hotel Mandarin Oriental Ritz y personalidades asistentes, como Sassa de Osma o Marta Hazas, fueron testigos de cómo la moda y el vino se fundieron.
Buscando engrandecer este lanzamiento, la bodega organizó un encuentro con amigos de la marca como Marta Vacca o María Muñoz, para disfrutar del amanecer desde el cielo, en un viaje en globo. Los asistentes tuvieron la oportunidad de capturar esos mágicos y pequeños instantes que solo el alba regala.
Consciente de su papel transformador, la bodega ha liderado encuentros con mujeres empresarias y emprendedoras de diferentes sectores bajo el lema ‘Mujeres que Lideran’. Esta iniciativa, liderada por la directora general de Bodegas Emilio Moro y miembro de la cuarta generación de la familia, Patricia Sánchez Moro, constó de tres encuentros celebrados en Madrid, Valladolid y en Bodegas Emilio Moro como broche final en los que en los que liderazgo y empoderamiento femenino han sido protagonistas.
En el corazón de este 2024 el Centenario de Pago de Valderramiro ha brillado como el gran símbolo de la historia y el alma de la bodega bajo el lema ‘Viajar al pasado para descubrir nuestro futuro’. Pago de Valderramiro es mucho más que un viñedo, es el alma de la familia Moro y un símbolo de la dedicación y el saber hacer que han definido su trayectoria durante las cuatro generaciones que la forman.
El 2024 ha sido un punto de inflexión para la bodega que ha demostrado su capacidad para trascender en el mundo del vino y convertirse en un referente cultural y emocional. Prueba de ello es la colaboración con el grupo Viva Suecia, una alianza que, no solo reafirma el compromiso de la bodega con la cultura, sino que también demuestra que el vino es un lenguaje universal que conecta sentimientos y momentos. Pero no solo con esta sinergia se abren paso en el ámbito cultural. Por segundo año consecutivo, la bodega ha patrocinado el Foro de la Cultura, celebrado en Valladolid, que contó que ha contado con el actor, humorista y dibujante, Joaquín Reyes. Una cita que se ha convertido en un punto de encuentro esencial de la región para reunir a personalidades de rincones de todo el mundo que comparten ideas, reflexionan y ofrecen charlas muy interesantes.
Con el objetivo de expandir su legado, la bodega ha renovado completamente su página web, una ventana al mundo que refleja su nueva filosofía: modernidad y tradición unidas. Además, ha lanzado ‘A un Vino de Distancia’, una innovadora plataforma de contenidos donde figuras destacadas del arte, la gastronomía, la ciencia y la música comparten historias que inspiran y enriquecen. Este proyecto “trasciende el mundo del vino y se convierte en un punto de encuentro para conversaciones inspiradoras”. Para el director de Marketing y miembro de la cuarta generación, de Héctor Medina Moro, es un puente entre el vino y la vida, donde cada conversación invita a descubrir nuevas perspectivas.
En este año repleto de hitos, el club de socios El Lagar de Emilio Moro ha nacido como una comunidad exclusiva para amantes del vino, ofreciendo experiencias personalizadas y acceso a contenidos únicos cuya llave es Latertius, un coupage de tres añadas exclusivo para los socios del club. Porque para Bodegas Emilio Moro, sus clientes no solo son consumidores, sino parte esencial de su historia.
La campaña de Navidad, cuyo lema es ‘Costumbres con Alma’, es la culminación perfecta de un año inolvidable. Una invitación a redescubrir la magia de los pequeños detalles, esos que cobran vida cuando se comparten con los seres queridos. Con cada copa de vino, la bodega ofrece mucho más que un sabor: ofrece recuerdos, emociones y la calidez de las tradiciones que perduran.
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