Una añada de equilibrio
El ciclo vegetativo del 2018 comenzó marcado por unos meses de abril y mayo extraordinariamente lluviosos, lo que provocó un ligero retraso en la brotación. Durante los meses de verano la pluviometría se situó por debajo de los valores históricos, lo que contribuyó a equilibrar el ciclo vegetativo de la vid. En cuanto a las temperaturas, estuvieron muy próximas a las habituales en la zona, salvo en el último tramo de maduración donde estuvieron por encima de lo habitual, lo que propició unos niveles óptimos de madurez y un gran equilibrio en la uva.
Un grandísimo vino para disfrutar durante décadas
Para elaborar el Emilio Moro Clon de la Familia y conseguir las características que lo hacen un Ribera del Duero inigualable, hacemos una selección de las mejores cepas de los majuelos con más personalidad de la bodega de la familia Moro. Trabajamos a partir de la combinación de dos parcelas:
- Cornalvo, que es una ladera con orientación sur, lo que implica más horas de sol, más calidez, aromas más maduros, una acidez más moderada y vinos más ricos.
- La Mira, una parcela ubicada en una de nuestras mejores zonas: el páramo, situado a 900 m de altitud. En esta altitud encontramos menor temperatura y al mismo tiempo, mayor contraste térmico.
Con estas dos parcelas conseguimos captar el carácter de los grandes suelos arcillosos de Pesquera de Duero, con las singularidades de los suelos calizos y pedregosos, el carácter Mediterráneo de las laderas orientación sur y la continentalidad de los páramos. Todo ello con el objetivo de conservar en una botella todas las bondades que ofrece nuestro clon de la familia.
Posteriormente lleva a cabo 26 días de maceración en depósitos de pequeña capacidad, una fermentación maloláctica y crianza en barricas exclusivas de roble francés. Esta crianza en barricas exclusivas hace que se respeten los aromas de la fruta y de la tierra de la que procede expresando tradición, carácter y pasión.
Se integra perfectamente la fruta madura con la madera
De color granate muy cubierto, en nariz es intenso y extraordinariamente complejo, lleno de matices delicados de frutos rojos y negros. La evolución en copa es excelente, se percibe su base frutal y su complejidad. En la boca es intenso y sedoso con un tanino potente. Tiene un postgusto cálido, frutal y sumamente agradable.